La flagelación puede ser un acto de confianza y complicidad intenso, puesto que Amo/a y sumiso/a no están separados, sino unidos por el látigo. El savoir faire y la sensibilidad son indispensables a lo largo de la sesión, tanto por del dominante como por el sumiso.

Ciertos hombres acostumbran a decir a la mujer que: la aman con todo su corazón y ofrecerle a ella incluso todo lo que ellos no tienen. Es solamente para poder lograr tener a ella, pues no podrán cumplir nada de sus palabras. Ya que son todas falsas promesas

Pablo de Tarso, el tesorero del movimiento, hizo énfasis en la clase lujurienta de las relaciones entre mis queridos hermanos, y les escribió a los corintios múltiples epístolas aconsejándoles que no tocaran mujer, ni laúd, ni ninguna otra clase de instrumento.

Estábamos haciendo una barbacoa hace unos días en casa de Especialista con otros tres amigos más, no había chicas, era domingo y aprovechamos el instante como asamblea de amigos, donde podemos charlar reposadamente si tener que comportarnos de forma diferente por la presencia de alguna mujer.

Está bien, Herb, siento no haber escuchado… no, me lo paso bien, trató de mantener la calma mientras que la cabeza de su polla se frotaba contra su cara. miró a Frank, rogando con sus ojos que se detuviera.

De lo único que me arrepiento es de haber pensado en no tener a mi hijo por el hecho de que es la luz de mi vida y lo amo con todo mi corazón, creo que él vino a este planeta con un propósito divino y el blog siempre y en todo momento ha tenido grandes planes para nosotros como familia.

Comenzaré con el tema de de qué manera cuidar de la pareja; después verán las fases en las que una pareja vive y van a ver lo ameno que es aprender ¿dónde estoy ahora? Seguiremos hablando de cómo se deben pelear, en riña limpia y vamos a buscar qué le hace falta de mí a mi pareja.

Putoamo me iba a matar ¡¡¡Pero mamón por el hecho de que no has cerrado si ya estaban hechas!!! yo respondo No lo se tío, pero no hay inconveniente, he jugado bien, tu has cerrado con la amiga argentina, tienes su teléfono, quedamos otro día con ellas y ya no se me escapa.

Creo que fue la media hora más larga de mi vida. La dirección que me dio estaba a tres calles del bar. Llegaría caminando en cinco minutos. Me tomé otra copa procurando meditar en algo que no fuera el coño húmedo de Carolina, su culo duro y glotón.

Por eso los yankees se volvieron locos con las niponas en la ocupación después de la Segunda Guerra. Bajo la cintura era un paraíso, mas arriba era un desierto. Y las japonesas necesitaban tener más tetas. Ahí es cuando comenzaron a utilizar siliconas. Lo inventaron las japonesas.