
Sola, sin bañador
Con su coño dando palmas de placer, Julia se tragó la poca dignidad que le quedaba. No podía opinar que la tuvieran sujeta con un collar y una correa. Ahora no tenía sentido resistirse, mas la próxima vez, contando que quisiera regresar a repetir, no iba a estar tan predispuesta a estas cosas.